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Sóngoro Cosongo

  • Sylirama Ziur
  • 12 dic 2015
  • 1 Min. de lectura

Nicolás Guillén nació en Camagüey (Cuba) en 1902, inició sus estudios en la Universidad de la Habana, pero lo abandonó para dedicarse a la poesía y el periodismo, viajó por diversos paises de Europa y América, en los cuales permaneció largo tiempo dictando conferencias y ofreciendo lecturas de sus versos. En 1931 publica Sóngoro Cosongo y que dió lugar a una carta en la cual el poeta Miguel de Unamuno, entre otras cosas decía: "He vuelto a leer su libro –se lo he leído a amigos míos– y he oído hablar de usted a García Lorca. No he de ponderarle la profunda impresión que me produjo… Me penetró como poeta y como lingüísta".

Guillén ha sostenido la presencia del negro dentro de la poesía contemporánea como un modo de profunda expresión americana en lugares donde el negro participó en la integración del perfil criollo. La musicalidad de sus poemas evoca tambor, danza, ritualidad, movimiento rítmico corporal y riqueza sonora del lenguaje oral. Su obra desbordante de contenido humano y frescura rítmica inimitable, lo sitúa entre los grandes poetas modernos del idioma español.

¡Ay, negra, si tú supiera! Anoche te vi pasar, y no quise que me viera. A él tú le hará como a mí, que cuando no tuve plata te corrite de bachata sin acordarte de mí. Sóngoro, cosongo, songo be; sóngoro, cosongo de mamey; sóngoro, la negra baila bien; sóngoro de uno, sóngoro de tré. Aé, vengan a ver aé, vamo pa ver ¡Vengan, sóngoro cosongo, sóngoro cosongo de mamey!

 
 
 

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